Postales

Llegó mi momento, Las Vegas

¿Quién no ha pensado en ir a Las Vegas alguna vez?, habrá algunos que no, pero yo era de las que quería conocer aquello. Tenemos la retina saturada de las imágenes, que nos llegan de esa ciudad a través del cine, de las series de televisión, de historias de amigos que han estado, de amigos de amigos que estuvieron... Y un día me tocó a mi.

Cuando estás mas que harto del avión y no sabes ya ni como ponerte, ni a dónde mirar porque solo se intuye noche y desierto a través de las ventanas. Aparece en mitad de la nada la luz.
- Veo una luz.
- Aléjate!!!. No vayas hacia la luz!!!



Y fui hacia la luz.


Las Vegas impresiona ya desde el avión, desde el aeropuerto, donde sorprenden las primeras máquinas tragaperras con las que tienes contacto. Donde ves a gente probando suerte nada más pisar tierra o a los que se empeñan en apurar su racha.

Pasear por el Strip no tiene precio. Entrar en los hoteles-casino, donde compiten para atraer a jugadores y clientes y consumidores cada uno con su temática bien elegida, para diferenciarse de la masa. En el aire se respira el juego y el viajero es feliz, menos los que han perdido en su última mano.

Las capillas de los hoteles ofrecen pack para una boda fugaz y el espíritu de Elvis sobrevuela en estos enlaces. Las Vegas no duerme, si te ataca el jet-lag o si vuelves de fiesta, puede ver a las 6 de la mañana a las mismas personas que dejaste enganchadas a una maquina tragaperras a las 12 de la noche. Si la máquina está caliente, no puedes dejarla sin que suelte tu premio.

La ciudad del ocio, sorprende ver que es un destino familiar. Los niños pasean, siempre acompañados de algún adulto, por las alfombras de la ludopatía y el despilfarro. Todo vale, pero como dicen allí: "lo que pasa en Las Vegas, se queda en Las Vegas".

3 comentarios:

  1. Vivaaaaa Las Vegas! Vivaaaaa Las Vegas! (cancioncilla recurrente del lugar jajajaa)
    Besos

    ResponderEliminar
  2. Las Vegas never sleeps, it just sucks life out of me and the money from my pockets.

    ResponderEliminar
  3. Si ya me estreso si en la mesa me ponen un cartón de bingo, lo de ir allí puede ser demasiado, ¡jejeje! Aunque sí que me gustaría vivir la experiencia y oír de cerca el ruido de las fichitas sobre las mesas de juego.
    Un beZo!

    ResponderEliminar